En Agosto del
año anterior fui invitado por la Sociedad Brasileira de Gestão do
Conhecimento (SBGP) a participar en el VI Congreso Nacional de Gestāo do
Conhecimento na Esfera Pública (CONGEP), en el cual estuve hablando
acerca de Ambientes Personales de Aprendizaje y Recursos Educativos
Abiertos en el sector público (slides aquí).
En esa presentación
hice una exploración inicial de las relaciones entre las ideas del
Ambiente Personal de Aprendizaje (PLE) y la Gestión Personal del
Conocimiento (PKM) usando como punto de partida una idea que, desde mi
perspectiva, aplica tanto para los espacios educativos como
organizacionales: al fortalecer las habilidades de gestión de
información y conocimiento de cada individuo y propiciar espacios (en
línea o no) de intercambio e interacción con otros, la mirada individual
se enriquece y se producen efectos emergentes que revierten en más
aprendizaje para el conjunto (sea este conjunto un grupo de aprendices o
una organización).
El asunto aquí
es que, sin importar el contexto, estamos hablando de aprendizaje. Si
estamos de acuerdo en que aprender no es una actividad confinada a los
escenarios formales y disciplinares, pensar en el desarrollo del PLE es
algo que ocurre a lo largo de la vida, bien sea en esos escenarios o en
otros adicionales.
Por eso no me
convence ver a algunas personas hablando de “Ambiente Profesional de
Aprendizaje” o de “Ambiente Organizacional de Aprendizaje” o de
“Ambiente Personal de Aprendizaje para este curso”, pues terminamos
promoviendo las mismas brechas entre el aprendizaje y el resto de la
vida que son generadas en la escuela. Aunque suene algo romántico, sigo
convencido de que lograr que cada uno de nosotros se relacione con el
aprendizaje se una forma diferente tiene como consecuencia el
rompimiento de un montón de límites de los cuales no somos completamente
conscientes. En esa medida, la generación de segmentación (sin entrar a
especular sobre posibles razones para ello) me resulta, por lo menos,
curioso. En mi caso, en lugar de segmentación prefiero buscar
conexiones entre áreas que parecen diversas, pues al identificarlas se
hace posible empezar a transferir ideas y posibilidades de un lado al
otro. Es en los puntos de intersección donde ocurre la innovación, como
dicen.
Lo cierto es
que la presentación me permitió reencontrarme con el tema de la Gestión
Personal del Conocimiento, que había empezado a explorar en 2008. Lo
que argumenté, en pocas palabras, es que tanto las herramientas que
tenemos disponibles como el potencial que representan se benefician
enormemente de recordar que una organización es un sistema complejo
adaptativo (al igual que un aula de clase) y que, en esa medida, el
desarrollo de los nodos (a partir de su PLE) y las conexiones (tejer la
red humana) se vuelven tareas clave.
La
diversificación de las fuentes de información y la reificación del
conocimiento personal contribuyen a transformar de manera paulatina las
prácticas de los miembros del sistema, que a fin de cuentas es el
objetivo último. Pasamos así, de repositorios de información que nadie
usa (KM en un sentido más tradicional) a individuos que operan de una
manera diferente en una red más amplia (PKM), en la cual el enorme reto
para la organización está administrar los flujos de información y, a
partir de su interpretación, nutrir nuevas prácticas emergentes o
ajustar prácticas que afectan su desempeño.
Luego de mi
presentación, fui invitado por Tânia Araújo a escribir algo para la
Revista do Serviço Público de la Escola Nacional de Administração
Pública de Brasilia. Decidí retomar un borrador en español sobre el
tema de los cursos abiertos en línea e intenté poner en blanco y negro, a
partir de la experiencia, cómo este tipo de oferta se relaciona con las
ideas y acciones típicas de la Gestión Personal del Conocimiento. Como
parte de ese proceso, visité nuevamente las bases de esta área y, de
hecho, pienso que consolidé un poco más mi mirada crítica al respecto.
Así que aquí
está el borrador final del artículo, que fue publicado en el volumen 62
(No. 3, Jul/Sept) de la Revista do Serviço Público (en español):
Algo que no se menciona en el documento pero que encuentro muy importante es que, cuando
este tipo de enfoque basado en el PLE involucra a personas (en mi caso,
docentes) de distintos lugares de un país, podemos empezar a concebir
el sistema educativo desde una perspectiva macro (no localizada en una
institución específica) y podemos preguntarnos cómo ese sistema está
abordando (y podría abordar) los procesos de gestión de información y
conocimiento que aparecen con las tecnologías disponibles actualmente. Esta es un área que seguiré explorando a lo largo de este año con el Centro Ceibal, y que veremos a dónde nos lleva. :)
Fuente: reaprender.org
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